En La Gaceta, usura y estafas en préstamos

24 ene 2016

Publicado en Gaceta.es, 22.01.2016 

Una trágica realidad 

USURA, LA JUNGLA DEL CRÉDITO EXTRABANCARIO EN ESPAÑA 

La Audiencia Provincial de Madrid ordena reabrir el caso contra el presunto estafador Antonio Arroyo, acusado de engañar a la hora de otorgar préstamos. Familias endeudadas por créditos que creían de 3.000 euros y hasta un suicidio. El abogado Carlos Galán explica en Gaceta.es la amarga cara de la usura. 

Rosa Cuervas-Mons 

"Es un antiguo subastero reconvertido en usurero" y es, además y según el abogado Carlos Galán, "la cabeza visible de lo que ha sido la mayor trama de presuntas estafas hipotecarias de nuestro país". Antonio Arroyo ha actuado “impunemente durante más de una década” y ahora se enfrenta de nuevo a la Justicia tras la orden que la Audiencia Provincial de Madrid ha dado para reabrir el caso. 

Acusado de haber estafado a los clientes a los que prestaba dinero, la Audiencia estudiará ahora si las decenas de familias que han denunciado su actuación ante los tribunales tenían o no razón y el acusado habría utilizado incluso documentos falsificados de una sucursal bancaria para engañar a sus clientes en la firma del préstamo. 

Tal como explica Galán, letrado de Alberche Abogados y responsable de la defensa de varias víctimas, Arroyo se aprovecha de la falta de formación económica de los prestatarios para conseguir que gente firme unos préstamos con un capital superior al que realmente están recibiendo. Intereses de demora abusivos y una infravaloración de las viviendas -de forma que luego puedan apoderarse de las casas cuando el prestatario no pueda pagar- completan el cóctel de este infierno de deudas. 

Tanto que una de las presuntas víctimas de Arroyo terminó quitándose la vida en 2013 ante la desesperación por la pérdida de su casa: “Javier, que vivía en Valencia, se retrasó en unas cuotas de una retroexcavadora que había adquirido. Como era su instrumento de trabajo y su fuente de ingresos, para ponerse al día acabó dando con unas intermediarias del prestamista Arroyo y cayó en el engaño. Le vendieron la idea de un crédito puente y un supuesto compromiso con una entidad bancaria para pagar después en plazos. Cuando se dio cuenta de que le habían estafado y que podía perder su casa, se fue a Madrid a buscar al prestamista, pero no lo encontró, como es habitual. Volvió y finalmente la presión le pudo y acabó quitándose la vida. Dejó mujer y un hijo que se enfrentan ahora el problema” explica a Gaceta.es Carlos Galán. 

Pero, ¿cómo es posible pedir 3.000 euros y acabar perdiendo la casa? En la respuesta está la clave del mundo de la usura y el préstamos extrabancario: “La operativa está hábilmente diseñada pero, en función del perfil de la víctima, varía la mecánica”, señala Galán. En algunos casos se expone al prestatario las condiciones de forma verbal y por un intermediario. Ya en la notaría, se firma un documento privado, que se queda el intermediario, en el que constan claramente y de forma muy visible esas condiciones. Cuando pasa el notario y lee una escritura de 30 folios, con cláusulas financieras complejas, el afectado cree que va a ratificar exactamente lo mismo que acaba de firmar en ese otro documento más claro. Pero no es cierto: está aceptando unas condiciones que, en importes y en plazos, nada tienen que ver con lo que habían hablado. Por supuesto, el documento privado, que el intermediario le había dicho que se le entregaría luego con el resto de la documentación, nunca lo volverá a ver. En otras ocasiones hay una promesa de entrega de una segunda parte del capital, “que por supuesto nunca se produce. En general, se aprovechan de que la gente no tiene formación financiera ni jurídica y es confiada”. 

De esa confianza es de la que presuntamente ha abusado Arroyo en más de un millar de casos, como explican desde Alberche Abogados: “Si interrogaran a los 1.500 prestatarios que han firmado escrituras con Arroyo, incluso a los que no han denunciado o ya han pagado y no tienen nada que perder, se apreciaría la coincidencia de testimonios y la magnitud del presunto fraude. No existe ni un solo prestatario de Arroyo, ni uno, que reconozca haber recibido el capital que aparece en su escritura”. 

De ahí, las más de 144.000 firmas en Change.org que las víctimas, a través de la plataforma Stop Estafadores han recogido para pedir la reforma de la ley que regula los préstamos hipotecarios no bancarios e impedir así la práctica de la usura. 

Porque, aunque no es legal en España, la realidad de este tipo de préstamos abusivos existe y es trágica: “Se hace vulnerando la ley, pero de forma que no se pueda probar fácilmente. La Ley 2/2009 es muy deficiente. En lugar de situar estas operaciones de prestamistas bajo el control del Banco de España, lo convierte en competencia de los departamentos de consumo de las comunidades autónomas que no tienen ni capacidad, ni medios ni voluntad política de controlar realmente este negocio. Y por ese coladero ha entrado una auténtica jungla, la del crédito extrabancario en España, donde hay desde pequeños abusos hasta grandes estafas. Y no se está evaluando esto ni prestando atención”. “El defraudador -concluye rotundo Galán- siempre va por delante de la ley, pero esta vez se lo hemos puesto demasiado fácil”. 

LOS OBSTÁCULOS JUDICIALES 

La vía judicial para denunciar los préstamos abusivos no es fácil. Explica Carlos Galán “al intervenir la fe pública notarial, la dificultad probatoria es tremenda”. A esta situación se añade el hecho de que son notarios muy concretos, “las notarías favoritas de todas las tramas de estafas hipotecarias de este país” y, aunque “hay hilos de los que tirar si se quiere, la procedencia y el itinerario de millones de euros siempre llamativamente en efectivo metálico, documentos falsificados incautados por la policía, grabaciones a intermediarios...”, la postura de la Fiscalía es, en realidad, “muy decepcionante”. “En muchas ocasiones (aunque con honrosas excepciones) se niega a que se investigue y apoya las peticiones de archivo directo del presunto estafador”, denuncia el letrado. 

 Ahora, con la reapertura de la investigación, “hay una esperanza para las víctimas”.

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