CORRUPCIÓN "MADE IN SOTO DEL REAL": LA UDEF CAZA UNA TRAMA VIP URDIDA EN LA PRISIÓN
La cárcel acoge a tantos acusados por delitos económicos (Sandro Rosell, Jordi Pujol jr., Ignacio González, Gerardo Díaz Ferrán...) que están comenzando a juntarse para montar nuevos negocios
“No hay ningún lugar mejor para hacer negocios en estos momentos que Soto del Real. Está todo el mundo ahí dentro. Empresarios, políticos, estafadores, condenados por alzamiento de bienes... Hasta el presidente de un club de fútbol. Ahora mismo, es más fácil hacer contactos dentro de Soto que fuera. Lo tienen todo. Y como además pasan el día juntos y tienen tiempo libre de sobra, aprovechan para conocerse y planear nuevas operaciones para cuando vuelvan a estar en la calle”.
Habla un abogado que prefiere ocultar su nombre. Acaba de desplazarse a esta cárcel, situada a 43 kilómetros al norte de Madrid, para visitar a varios de sus clientes. Tiene tantos delincuentes económicos dentro que todas las semanas pierde una mañana o una tarde enteras reuniéndose con ellos en la sala de locutorios. Y lo que comenta, la gestación de nuevas tramas corruptas entre las paredes de Soto del Real, es un fenómeno incipiente provocado por la alta concentración de corruptos en este centro penitenciario. Nunca antes habían dormido en sus 78.000 metros cuadrados tantos presos conocidos por casos tan distintos.
La Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal (UDEF) de la Policía Nacional desarticuló el 24 de mayo una de las alianzas que ya ha parido la elevada presencia de delincuentes de cuello blanco entre los muros de Soto. Sus agentes arrestaron a 13 miembros de la nueva organización que lideraba José Luis Aneri, detenido ya en febrero de 2014 por un presunto fraude en los cursos de formación para trabajadores de la Comunidad de Madrid de 4,4 millones de euros. Esa causa todavía se está investigando en el Juzgado de Instrucción número 9 de la capital, pero Aneri no esperó a que hubiera sentencia para regresar al negocio.
Con todas las cuentas y viviendas embargadas por ese primer procedimiento en su contra, Aneri recibió hace unos meses la ayuda de un ilustre vecino para montar otra red societaria, Antonio Arroyo Arroyo, famoso por ser el mayor estafador hipotecario de España. Se le atribuyen más de 500 viviendas y todas las ha conseguido con el mismo método: prestando dinero a gente sin recursos a tipos de interés impagables. Después, salda las deudas quedándose con los avales de sus víctimas.
Aneri y Arroyo se conocían del barrio y habían oído hablar el uno del otro. El primero vivía en el número 6 de la calle de Rosario Pino de Madrid, y el prestamista hipotecario, en el 8. Según fuentes próximas a la investigación, Arroyo sabía que Aneri estaba pasando por dificultades y decidió ofrecerle dinero y un despacho en sus oficinas de la calle de Infanta Mercedes para comenzar a trabajar juntos. Lo primero que hicieron fue constituir un pelotón de sociedades instrumentales controladas por testaferros rumanos. Querían volver a captar ayudas para la formación de trabajadores, simular que realizaban los cursos y quedarse el dinero. Sus planes estaban avanzados. Ya habían realizado gestiones para cazar hasta 12 millones de euros de esa línea de fondos públicos.
Pero Aneri decidió completar el puzle de su nuevo fraude con un tercer amigo, Iván Losada Castell, condenado por la estafa del caso Marsans. El expresidente de la CEOE y propietario de ese grupo turístico, Gerardo Díaz Ferrán, lo utilizó para traspasar todos sus activos a empresas instrumentales. En 2012, Losada fue detenido y enviado a prisión, pero solo estuvo unos meses. Al salir regresó a su Castellón natal y entró en otros sectores. Acababa de montar una supuesta fundación de ayuda a los niños y varias empresas de eventos culturales. Aneri lo sabía y propuso a Losada utilizar esa infraestructura para ocultar parte de las ayudas para cursos que esperaba conseguir. Los dos fueron detenidos, al igual que Arroyo, en la operación del 24 de mayo.
Cuando los agentes detectaron la trama, la primera pregunta que se hicieron fue cómo habían entrado en contacto dos delincuentes como Aneri y Losada, procedentes de tramas tan distintas y con domicilios diferentes. La respuesta estaba en Soto del Real. Los dos habían coincidido hace tres años en uno de los 14 módulos de la prisión. Fuentes próximas al caso confirman que trabaron relación durante su estancia y que continuaron en contacto cuando volvieron a la calle. Las intervenciones telefónicas de los siete últimos meses han acreditado el estrecho vínculo que les unía en la actualidad.
Losada se encuentra en libertad provisional, pero Aneri ha tenido que volver a dormir en Soto. Está en el módulo 8, al igual que Arroyo. Podrían estar preparando ya nuevos negocios. Pero también tienen a mano a otros presuntos delincuentes con los que aliarse. Anoche, durmieron entre las paredes del módulo 1, el más tranquilo de todos, tres imputados en la operación Lezo: el expresidente de la Comunidad de Madrid Ignacio González, su hermano Pablo y el exdirectivo del Canal de Isabel II Edmundo Rodríguez Sobrino. En el módulo 13 de mujeres se encuentra otra imputada en Lezo, la ex directora financiera de la empresa pública del agua María Fernanda Richmond. Por su parte, en el módulo 4, tranquilo igualmente, están alojados el cerebro de la operación Rimet, el expresidente del FC Barcelona Sandro Rosell, y el hijo mayor del expresidente de la Generalitat de Cataluña Jordi Pujol, Jordi Pujol Ferrusola. Por último, en el módulo 10, reservado para los reclusos que estudian en la UNED, se encuentra Díaz Ferrán.
Esos son los más conocidos, pero la lista de condenados y preventivos por delitos de corrupción es mucho más larga y puede crecer en cualquier momento. Allí también han dormido recientemente Mario Conde, Miguel Blesa y Luis Bárcenas. Pasan tantos clientes ilustres por Soto del Real que los mejores abogados penalistas de España quedan últimamente en las instalaciones de la prisión para reunirse y comentar otros asuntos. “Si lo piensas, al final por allí tenemos que pasar todos. El momento en que más abogados acudimos es el viernes por la mañana, que suele haber menos señalamientos y citaciones que el resto de días, pero también vamos mucho por las tardes”, explica el letrado a este diario. “No tenemos más remedio que vernos en el locutorio, que es donde nos reunimos con los clientes. Hay muchas cabinas, pero tienen paredes de cristal. Y desde que llegas hasta que traen a tu defendido, no tienes nada que hacer. Así que aprovechas para hablar con el resto de colegas”.
A los presos yihadistas se les dispersa para impedir que generen grandes bolsas de radicalismo que contagien ese virus a otros reclusos, pero Instituciones Penitenciarias mantiene por ahora la estrategia contraria con los grandes delincuentes económicos. Fuentes de Soto del Real aseguran que Jordi Pujol Ferrusola y Sandro Rosell, por ejemplo, pasan mucho tiempos juntos. Tienen de qué hablar. Según las investigaciones abiertas en su contra, ambos habrían cobrado una fortuna en comisiones ilegales a través de sociedades instrumentales y utilizaron fundaciones panameñas para lavar el dinero que consiguieron. También tenían negocios en África y Sudamérica. También pueden hablar con el resto de reclusos conocidos, aunque no estén en su mismo módulo. Coinciden en misa y eventos deportivos y culturales.
“Al final te juntas con los que tienen el mismo perfil que tú y hablas de lo que te interesa. Yo dentro de la cárcel solo hablaba de eso. De negocios y de qué vas a hacer cuando salgas”, explica un imputado múltiple por un conocido escándalo de corrupción que ya ha salido a la calle en libertad provisional, aunque asume que la sentencia lo tendrá de nuevo entre rejas una larga temporada. “La cárcel sirve para refrescar la agenda”, continúa. “Tienes a mano a un montón de gente que te ofrece todo tipo de servicios. Un pasaporte falso, un tío con sociedades u otro que sabe cómo sacarte del país. Tienes teléfonos y tarifas. Conoces continuamente a nuevas personas con las que trabajar fuera de la prisión. Y te pasas horas en el patio hablando de eso. ¿De qué vamos a hablar si no? ¿De tías? Pero si no hay”.
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